La «olvidada» iglesia de la Magdalena reclama ayuda para su renovación interior. (Patrimonio de Valladolid)

“Lo que se aprecia nada más entrar en esta iglesia es como si hubiera pasado mucho tiempo desde la última vez que se arregló algo, como si estuviera olvidada…” con esta cita de Javier Martínez, párroco de Santa María Magdalena, el Norte de Castilla abre su artículo dedicado al estado de conservación del templo vallisoletano. Conocida tanto por su visual escudo frontal de piedra (supuestamente el más grande del mundo) como por su predilecta ubicación en el casco antiguo (en la intersección de la Facultad de Medicina, con la Casa Colón, y junto al Monasterio de las Huelgas Reales), la iglesia de la Magdalena es una de esas joyitas pucelanas que dan tanto de sí para estudiar y apreciar arquitectónica y artísticamente pero que, como en otros tantos casos, sufre de indiferencia institucional (al menos en cuanto a mantenimiento se refiere).

La noticia en cuestión no sorprende a casi nadie (y menos a los que utilizamos el tiempo libre para hacer autoturismo local repetitivo). En el propio artículo se hace referencia a los problemas obvios: paredes y techumbres agrietadas y con manchas de humedades, retablos sucios, el órgano inutilizado… Y probablemente otras tantas cosas que tan solo un estudio en profundidad puedan revelar.




(Fotografías de los desperfectos en la iglesia y en la cripta de la Magdalena José C. Castillo; Norte de Castilla)

Datada su construcción en la segunda mitad del siglo XVI, el diseño de Rodrigo Gil de Hontañón (uno de los mejores arquitectos renacentistas de nuestra cultura), el templo destaca por su gran altura y techos abovedados (soportado todo por los visibles contrafuertes exteriores de ladrillo), y, por supuesto, el colosal escudo de su patrón, Pedro de la Gasca, en la pared principal (cuyo sepulcro de alabastro encontramos en el centro de la nave). Con esto no pretendo hacer un análisis histórico-artístico, sino dar ciertas pinceladas para animar a visitar el templo en cuestión y que cada uno disfrute de los detalles apreciables al observar con atención (los que tengan más curiosidad no tendrán dificultad en encontrar información detallada tanto en la red como la Biblioteca de Castilla y León o en la de la Universidad de Valladolid).

Con todo, tal y como expone el Norte de Castilla, la última intervención realizada vino de la mano de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, en 2007 (año en que sobrevino la Crisis Económica), cuanto menos curioso para una iglesia situada en el centro de la ciudad. ¿El derrumbamiento de la cúpula de la Veracruz habrá hecho saltar la alarma? ¿O, el anuncio de la restauración de la Catedral habrá animado a exponer la situación en busca de alguna ofrenda de la Administración? ¿A caso el obispado de Valladolid no tiene competencias en la conservación y mantenimiento de sus bienes inmuebles, más siendo de interés patrimonial (declarada BIC en 1998)? Está claro que su ubicación en terrenos metropolitanos no le han dado ningún trato preferente…

Si no es desde la Junta de CyL, tal vez el propio Ayuntamiento podría revisar el estado de conservación de este y los demás templos y tener esas “conversaciones institucionales” para acometer las actuaciones necesarias con los que asegurar, al menos, su salvaguarda. Dudo que vayamos a vivir (al menos tempranamente) otro derrumbamiento accidental, pero, una vez más, el abandono patrimonial se hace palpable en nuestra ciudad. Así pues, animo a cualquiera a que visite, juzgue y disfrute de esta iglesia, y que, con el tiempo, vayamos creando un sentimiento de posesión patrimonial común.

1 me gusta